Circo de Barrosa |
De nuevo en el Sobrarbe y bajo un cielo que amenazaba tormenta, nos decantamos por conocer el accesible
y solitario circo de Barrosa.
Rodeado de las sierras Pelada al
norte y Liena al sur, el valle de Barrosa no tiene nada que envidiar al cercano
valle de Pineta, su vecino más famoso. Al no pertenecer al Parque Nacional de
Ordesa y Monte Perdido es un valle poco frecuentado, ideal para un paseo familiar
y para iniciarse con raquetas de nieve.
Pasada la localidad de Parzán unos
4’5 kilómetros en dirección Francia, hemos de estar atentos a una pequeña
explanada a nuestra izquierda, a pie de carretera, con sitio para dejar el
coche. En este pequeño parking comienza una pista forestal que comienza
ascendiendo en dirección sur (1400 metros).
Estación inferior del Cable Luisa |
Aquí se inicia el PR-HU-187 hacia
el Puerto de Barrosa. Este itinerario aprovecha uno de los ancestrales caminos
de comunicación entre el valle de Bielsa y la vecina Francia. El camino
recorre, desde el Hospital de Parzán, el desconocido y espectacular valle
glaciar de Barrosa.
La pista, con algún tramo corto de
moderado desnivel, se adentra en un pinar y cambia bruscamente de dirección hacia
el norte, punto donde encontramos información y señalización sobre las minas de
Parzán y sobre el expuesto Camino de las Pardas, antiguo camino fronterizo utilizado
por los contrabandistas y por los ingenieros en su viaje desde Francia a las
minas de hierro y plomo de Ruego y Liena de Parzán.
Valle de Barrosa |
En la zona del Hospital de Parzán
se conservan algunas de las instalaciones para la explotación de las minas que
fueron construidas a principios del siglo XX.
La casa Bosar, hogar del director
e ingenieros de la mina, algunas conducciones de agua, escombreras y un
elemento de gran espectacularidad como es el cable aéreo nos dan testimonio de
la importancia de este centro de explotación de plomo, plata y hierro, entre
otros minerales.
Refugio de Barrosa |
Caminamos cómodamente por la pista
hasta llegar a un pequeño ensanche situado encima de las escombreras del
material que se sacaba de la mina, donde encontramos unos paneles que nos
indican el porqué de estas minas aquí y de la formación de los minerales que
extraían de ellas.
Unos metros más adelante, otros
paneles nos invitan a conocer los secretos del aprovechamiento del agua y de
las revolucionarias máquinas que se usaron en la mina años atrás, entre ellas
los dos cables aéreos para el transporte de mineral: el Transpirenaico y el
Cable Luisa, construidos en 1912.
Sierra de Liena |
En 20 minutos llegamos a la
estación inferior del cable aéreo que bajaba de la mina Luisa. Aquí llegaba el
plomo proveniente de la mina tras salvar un desnivel de unos 970 metros.
Una
vez aquí, el material era transportado en vagonetas sobre raíles hasta el
lavadero y después del tratamiento era llevado a la estación de salida del
Transpirenaico. Toda la estación de este cable aéreo permanece casi completa.
Estas vagonetas estaban
enganchadas en el cable aéreo con una pinza desembragable, un mecanismo
revolucionario en ese momento y que hoy en día es muy usado en los telesillas
de las pistas de esquí.
Camino hacia el Puerto de Barrosa |
El Transpirenaico fue construido
para transportar hacia Francia el material de las distintas minas, una vez
tratado en los lavaderos del Hospital de Parzán.
Su estación de salida partía
de una cota de 1450 metros, subía hasta el Puerto de Salcorz a 2464 metros y
descendía hasta el pueblo francés de Pont du Moudang a 1120 metros, donde era
cargado en camiones y llevado a la estación de Arreau. Fue totalmente
desmantelado y vendido como chatarra en 1968.
Nubes en Robiñera |
El cable aéreo significó un
cambio muy importante en la organización del trabajo y el transporte en esta
explotación minera. Se pasó de las caravanas de burros de carga a un mecanismo
más eficiente que permitía el transporte de, aproximadamente, una tonelada de
material a la hora en vagonetas que podían cargar con 300 kilos cada una, lo
que equivalía a dos o tres burros además del consecuente ahorro de tiempo.
En 1974 la compañía arrendataria
de las minas vendió parte de los terrenos e instalaciones ya abandonadas para
que se pudiera construir la carretera que conduce a Francia.
Aristas y nieblas amenazantes |
Este interesante camino nos va
sacando a la luz el duro trabajo desempeñado en estas minas. Continuando la
pista, dejaremos a la izquierda una canalización de piedra que recoge el agua
del río Barrosa aguas arriba y que era trasvasada a la central hidroeléctrica
dando la energía necesaria para generar la electricidad que mantenía el
alumbrado y el funcionamiento de las instalaciones.
Tras media hora de camino, dejaremos
a la izquierda el desvío que asciende hacia las minas de Liena, ubicadas a 2430
metros, y hacia el Camino de las Pardas -aunque no lo indique- (1520 metros), y
seguiremos encontrándonos edificaciones mineras en ruinoso estado.
Río Barrosa |
Poco a poco, el valle se va
abriendo dejándonos ver su todavía lejano circo, bien custodiado por los
tresmiles de Robiñera, La Munia, Sierra Morena y Troumouse. Las nubes,
amenazantes, nos impedían ver sus cimas al mismo tiempo que nos preguntábamos
si nos libraríamos de la lluvia.
Sin darnos cuenta, la pista se convierte
en un sendero que llanea y el bosque va dejando paso a extensas praderas y
bloques de roca. Continuamos caminando por la margen derecha del río Barrosa,
escuchando únicamente el sonido de sus pequeños saltos de agua.
Las nubes por fin despejaban |
El sendero, bien definido y de
fácil seguimiento gracias a las marcas amarillas y blancas del PR, cruza a la
margen izquierda del río ya con la mirada puesta en el cercano refugio libre de
Barrosa (1745 metros), al que llegamos en poco más de una hora y media de
camino.
El refugio, bastante limpio, es
un buen cobijo en caso de tormenta. Dispone de mesas, sillas, chimenea y unos
tablones de madera que hacen de literas. En el exterior, tenemos indicaciones
hacia el Puerto de Barrosa, situado a 2536 metros de altitud, que da paso al
valle francés de Aragnouet y a los Lacs de Barroude.
Circo de Barrosa |
Ascendimos unos metros siguiendo
el sendero hacia el Puerto sin más interés que para aumentar la panorámica del
valle y ver las cascadas del barranco de las Neveras. El día no estaba para
muchas alegrías pero por momentos los rayos del sol parecían querer penetrar
entre las nubes.
Descansamos a las puertas del refugio,
tumbados en la hierba, impresionados por el silencio y la tranquilidad de este
recóndito y escondido lugar, único para contemplar un gran número de sarrios y
marmotas. Tuvimos la suerte de ver, en la distancia, una manada de sarrios con
sus crías jugando y saltando felizmente.
Y por fin aparece Robiñera |
La vuelta la realizamos por el
mismo camino en una hora y 45 minutos, disfrutando del sonido del río, viendo
sus saltos, pozas y su fluir modelando el valle a su antojo. Captando detalles
que habían pasado desapercibidos en la ida. El tiempo se detiene en lugares como
éste.
NOTA. Desde este valle, el Camino
de las Pardas carece de indicación hasta el Puerto de Barrosa. Tenemos dos
opciones, cogerlo en este Puerto o desviarnos por la señalización mencionada
anteriormente hacia las Minas de Liena, al poco de comenzar la pista que se
adentra en el valle de Barrosa. Se trata de un camino que se extiende por una faja, en ocasiones muy aérea y expuesta al rigor climático, por lo que hay que extremar las precauciones y las medidas de seguridad. Presenta tramos equipados con sirga en muy mal estado de mantenimiento y es aconsejable no utilizarlas.
Escombrera de las minas de Parzán |
Sencilla ruta lineal de 10 kilómetros de distancia, un desnivel positivo de 350 metros con una duración de 3 horas y media sin contar paradas.
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