miércoles, 9 de diciembre de 2015

Estós - Ángel Orús. Ruta de los 3 Refugios (II parte)

Refugio de Estós
Os detallamos la segunda etapa de la Ruta de los 3 Refugios que da la vuelta al macizo del Posets. En el post anterior os contamos la etapa inicial, que unía los refugios de Viadós y Estós

Esta vez, la ruta comunica los refugios de Estós (1890 metros) y Ángel Orús (2150 metros). Parte de la ruta la conocíamos bien de este verano cuando pernoctamos en el ibón Gran Batisielles (2220 metros).

Nos esperaba una dura etapa de poco más de 13 kilómetros y un desnivel acumulado de más de 1200 metros. Paisajísticamente hablando, es una ruta de muchísima más belleza que la anterior y, a pesar del desnivel, la disfrutamos al máximo.

Nubes y brumas en el valle de Estós
Madrugamos más que el día anterior. La ruta era más exigente y había que ir con tiempo de sobra. Antes de comenzar a caminar nos despedimos de Francisco, con quien compartimos ruta la jornada anterior y una amena charla con anécdotas senderistas durante la cena y el desayuno en el refugio de Estós.

Frente al mismo, tenemos bien indicadas un sinfín de posibilidades de rutas y ascensiones: Perdiguero, Pico del Portillón, Vallibierna, Gemelos, Pico Royo, Posets, Bardamina… Nosotros cogemos el sendero que nos dirigirá hacia el ibonet de Batisielles por el GR-11.2.

Cascada de Molseret y Perdiguero
Descendemos unos metros hasta el cauce del río Estós para cruzarlo por un puente metálico (1840 metros). Con las fuertes lluvias de ayer y de los días anteriores baja alegre y bullicioso. Las nubes cambiantes, las brumas del valle y las primeras luces hacían especial el paisaje en estos primeros compases de agradable sendero.

Vamos dejando atrás el refugio y divisando los muchos barrancos que brotan en sus proximidades, como los del Forau d’Oô y el de Molseret con su bonita cascada. Los picos del Perdiguero (3219 metros) y el Portillón d’Oô (3050 metros) comienzan a dejarse ver entre las nubes destacando sobre sus vecinos, así como la cresta de Gourgs Blancs más al noroeste.

Ibones de Escarpinosa
Llaneamos tranquilamente por extensos pastizales hasta adentrarnos en la zona conocida como la Pleta del Pino (1880 metros). Cruzaremos más adelante el barranco de Montidiego (1830 metros) y poco a poco iremos abandonando el valle de Estós para introducirnos en el de Batisielles, llegando al ibonet (1870 metros) y a la Cabaña de Estós en una hora y 45 minutos.

Desde aquí nos surgen dos posibilidades. La primera es ascender al Gran Batisielles (2220 metros) por el GR-11 y la segunda es continuar hacia los ibones de Escarpinosa por el sendero S-3 del Parque Natural Posets-Maladeta y dejar el GR para enlazarlo más tarde en el collado de Perramó. Decidimos ir por Escarpinosa para volver a ver uno de los rincones más bonitos del Pirineo.

Camino hacia la Plana de Perramó
Bordeamos entonces el ibonet por su derecha y comenzamos a ascender entre pinos paralelos al barranco de l’Aigüeta, cuyo sonido nos envuelve. 

Ya cuando estuvimos en verano, este sendero nos impactó por su belleza y esta vez nos ha pasado lo mismo. Sorteamos pequeños riachuelos cada pocos pasos y sentimos el rugir de cada salto de agua. Da gusto ver tanta vida en cada rincón. Todo un espectáculo.

Tras 40 minutos, llegamos a los preciosos ibones de Escarpinosa (2025 metros). Es un lugar con un encanto especial. 

Perramó. Chinebro y Es Corbets
Los reflejos sobre sus aguas transparentes son motivo suficiente para detenerse unos minutos. Miles de detalles centran nuestra atención. Uno de ellos, la cascada que forma el barranco de Perramó, que se precipita sobre un conglomerado rocoso envuelto en un paisaje donde predominan los pinos y una gran calma. 

Hemos de cruzar el barranco de l’Aigüeta, en el desagüe de los ibones, para continuar nuestro camino. Comienza el duro ascenso hacia la Plana de Perramó (2260 metros), en el que tendremos que salvar un desnivel positivo de 230 metros en apenas 600 metros de distancia por una inestable y dura pedrera.

Ibones de la Tartera de Perramó
A medida que ascendemos este tramo, la panorámica mejora a nuestras espaldas. Podremos apreciar el Gran Batisielles, el recorrido del río Estós por el fondo del valle y lo que creemos que es el antiguo cuartel militar, hoy en ruinas.

Salvado este tramo en otros 40 minutos, estaremos en el circo donde se hallan los ibones de Perramó (2255 metros) rodeados de grandes cumbres como las Tucas d’Ixeia (2837 metros) y la Tuca del Chinebro (2732 metros) junto con el Portillón de Eriste al sur, las Agujas de Perramó (2550 metros) al norte y la Tuca d’es Corbets (2904 metros) al oeste. 
Ibones de l'Aigüeta y Gran Batisielles

Continuamos recorriendo el circo, buscando el collado que se ubica a los pies de la Aguja oeste de Perramó (2490 metros). Dejaremos a nuestra izquierda el ibón grande de Perramó (2275 metros) y comenzaremos a ascender el desnivel de 200 metros que nos separa del collado en menos de un kilómetro.

Tras ello, un merecido descanso disfrutando de un espectacular mirador. Hacia el noreste, conocidos ibones nos deleitan la vista: los ibones de l’Aigüeta de Batisielles (2330 metros), Gran Batisielles (2220 metros) y otros más pequeños sin nombre (2360 metros) con el macizo de las Maladetas entre nubes como telón de fondo. Nos ha costado llegar menos de cuatro horas y media.

Collado e ibón de la Plana
Aún nos queda camino que recorrer hasta llegar al refugio del Ángel Orús, así que continuamos hacia el Collado de la Plana. En pocos minutos, una densa niebla acompañada de viento nos hizo perder tiempo hasta volver a enlazar con el GR-11.2 procedente del Gran Batisielles.

Afrontamos el último desnivel positivo del día. 200 metros a salvar en un kilómetro y medio nos llevarán al punto más elevado de la ruta, el Collado de la Plana (2700 metros), que nos recibe 'amablemente' con granizo, viento y niebla. Entramos en el valle de Eriste sin poder apreciarlo, de momento.

Ibones de Eriste
No nos entretenemos y comenzamos el descenso. Rodeamos el ibón de la Plana (2690 metros) por su derecha y continuamos por terreno resbaladizo a causa de la lluvia pero bien marcado con marcas rojas y blancas. Ya divisamos muy a lo lejos, en la ladera opuesta, el refugio del Ángel Orús, empequeñecido por las aristas de las Agujas del Forcau.

Nos acercaremos a los ibones de Eriste (2410 metros – una hora de descenso) y cruzaremos el barranco de los Ibones (2400 metros), bien cargado de agua, momento en el que dejaba de llover y el sol hacía acto de presencia. La Tuca de Mincholet (2865 metros) y las de Batisielles (2845 y 2803 metros) llamaban nuestra atención detrás de ellos. 

Atardecer en el valle de Eriste y el Ángel Orús
Por fin pudimos apreciar la belleza del valle de Eriste (Grist), escondido hasta ahora entre el temporal. El refugio cada vez estaba más cerca y las afiladas Agujas del Forcau cada vez se mostraban más impresionantes.

Tras dos horas de descenso, llegamos a la Cabaña de Llardana (2320 metros) desde donde contemplamos cómo se va agotando el día. Tras la tormenta, la calma volvió y tuvimos la suerte de poder contemplar un atardecer puro, sin ninguna nube, algo impensable horas atrás.

Barranco de Llardana
Ascendemos levemente para cruzar el barranco de Llardana (2350 metros) que desagua del ibón de Llardaneta y que se unirá aguas abajo al barranco de los Ibones. 

Tras cruzarlo, nos encontramos con un poste de direcciones que nos muestra los caminos hacia los tres refugios que nos interesan: al que nos dirigimos (Ángel Orús), del que venimos (Estós) y el que nos espera en la jornada siguiente para cerrar la circular al Posets y donde comenzamos este periplo (Viadós).

Último descenso hacia el Ángel Orús
Largo e incómodo sendero, coincidente con la primera parte de la siguiente etapa, el que nos dejará en el refugio en 45 minutos desde la bifurcación, poniendo punto y final a la segunda etapa de esta circular al macizo del Posets, tras casi 9 horas y media de intenso y bello recorrido, si bien es cierto que se puede realizar en mucho menos tiempo.

Construido en torno al antiguo refugio del Forcau, el Refugio del Ángel Orús conserva intacto en su interior este emblemático refugio como recuerdo de lo que fue. Ahora el antiguo Forcau es un edificio moderno que ofrece todas las comodidades para una estancia agradable en un entorno de cuento.

Refugio del Ángel Orús
Tras dejar el equipo en la habitación cenamos en el comedor del refugio, junto al calor de la estufa, recordando la etapa y ultimando detalles de la del día siguiente. Momento de relajarse y de disfrutar del lugar.

Agradecemos la generosidad y la atención de los guardas que nos trataron fenomenal, haciendo de nuestra estancia un verdadero placer. ¡Ya estamos deseando volver!


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