martes, 19 de abril de 2016

Trincheras de Tierz y Castillo de Montearagón

Salto de Roldán y Castillo de Montearagón 
Como las previsiones por el Pirineo no eran del todo buenas, la semana pasada realizamos una interesante circular por tierra baja. Nos fuimos a Tierz, un pueblo situado a escasos 6 kilómetros de Huesca en dirección a Barbastro.

Recorrimos un camino marcado por las huellas que la Guerra Civil dejó en la Hoya de Huesca. El conflicto armado dejó un rastro de construcciones e infraestructuras militares que, con el paso del tiempo, han cobrado un alto interés histórico y patrimonial.

Las milicias republicanas establecieron un cerco en torno a Huesca con base de operaciones en Tierz, donde construyeron un cordón de trincheras en lo alto del Saso que, junto con las tierras de Loporzano y Montearagón, formaron parte de la posición denominada Estrecho Quinto.

Caseta Redonda
Estas trincheras se localizan en un enclave estratégico desde el que se sostuvo el pulso sobre la toma de la ciudad de Huesca, ya que se consideraba que era el punto más dominante desde el que se podía atacar o defender la ciudad. 

Salimos de Tierz (465 metros) por PR-HU-144 que se dirige a la Cruz de Estrecho Quinto y Bellestar. Desde el inicio, la ruta se encuentra perfectamente marcada. Dejaremos a la izquierda este PR y continuaremos hasta toparnos con la ermita de la Santa Cruz o de Los Dolores (470 metros) en 15 minutos de marcha. 

Huesca y Tierz. Al fondo a la derecha, Gratal
Nuestro siguiente punto de interés es la Caseta Redonda (480 metros), a la que llegamos por el Camino Real tras 10 minutos desde la ermita. Su peculiar forma de iglú permitía controlar los 360 grados de su entorno mirando por los ventanicos en aspillera que hay en sus paredes.

En su origen, pudo ser construida como caseta para vigilar las viñas o como punto de cobro de peajes para los rebaños que transitaban por la cañada. Posteriormente, fue utilizada por pastores y, durante la Guerra Civil por soldados milicianos atendiendo a las inscripciones visibles en la piedra.

Interior de una de las cuevas
Tras una breve parada, continuamos hacia lo alto del Saso. Ascendemos por pista hasta llegar, en una hora de camino, a la línea de las trincheras (590 metros). La vamos recorriendo con calma disfrutando de sus vistas y leyendo los paneles informativos que nos vamos encontrando a nuestro paso.

Desde ellas se contempla un paisaje de gran atractivo natural que ofrece una panorámica de la ciudad de Huesca, de los cercanos pueblos de Tierz y Quicena y de los más alejados como Santa Eulalia la MayorCastilsabás, Barluenga y Apiés.

Bunker de Estrecho Quinto
Destacan como telón de fondo, la bella Sierra de Guara, a caballo entre el Pirineo y la Hoya, con sus picos Fragineto (1750 metros) y Tozal de Guara (2077 metros), el Castillo de Montearagón, los mallos del Salto de Roldán con sus peñas Amán (1121 metros), San Miguel (1126 metros) y su Fraile (1036 metros), el pico del Águila (1620 metros), el Picón del Mediodía (1404 metros) y más al noroeste las sierras de Gratal y Loarre.

Las cavidades que encontramos junto a las trincheras son galerías subterráneas excavadas por la mano del hombre aprovechando la escasa dureza del terreno. 

Castillo de Montearagón
En general, ofrecían una muy buena protección natural, con pequeños trabajos de acondicionamiento, contra los efectos de los bombardeos y disparos de las armas convencionales. Estas cuevas se revestían para evitar hundimientos y desprendimientos, que eran el mayor peligro de este tipo de estructuras.

Durante la Guerra Civil fueron utilizadas como puestos de mando, de socorro, como refugio ante ataques aéreos y para guarecerse del frío y del fuerte viento del oeste. 

Interior del Castillo de Montearagón
Una vez que hemos salido de la línea de trincheras hallaremos el mirador del Saso Alto y, poco después, volveremos a encontrarnos con el PR-HU-144 que desciende a Tierz pasando por los bunkers de Estrecho Quinto.

Descendemos hasta el llano teniendo visión directa de uno de ellos y continuaremos en dirección a Tierz. Tras una media hora, llegaremos a un cruce de caminos sin señalizar (485 metros) y cogeremos el camino de la derecha que nos acerca a la carretera.

Fragineto, Tozal de Guara y Santa Eulalia la Mayor
En el borde de la misma nace un sendero que desciende al río Flumen. Pegados a su margen izquierda, pasaremos por debajo de la carretera, momentos antes de subir una equipada escalera de metal y cruzar el río por un puente (465 metros).

Tras otros pocos minutos por sendero, conectaremos con la carretera de acceso al Castillo de Montearagón, huella de otras guerras y cercos pasados a la ciudad de Huesca, al que llegamos tras 3 horas de camino, habiendo enlazado en sus proximidades con el PR-HU-145 procedente de Quicena.

Sencillo paso de escaleras
Construido en 1089 por el rey Sancho Ramírez, sirvió como base para la conquista de la ciudad de Huesca que tuvo lugar con la Batalla del Alcoraz en 1096. El castillo se dotó con un monasterio que ejerció como capilla real donde, por un tiempo, reposaron los restos de monarcas aragoneses.

El abadiado de Montearagón llegó a tener hasta 104 iglesias a su cargo, con unas rentas elevadas y numerosos privilegios. Con la desamortización el castillo cayó en la ruina, siendo declarado Monumento Nacional en 1931.

Tierz y la zona de Estrecho Quinto
A pesar de su pésimo estado, domina con su silueta el paisaje de la Hoya de Huesca y el Prepirineo. Pero, al igual que otras muchas piezas de nuestro patrimonio, está abandonado a su suerte, sin protección alguna ante cualquier acto vandálico y sin poner en valor de cara al visitante. Una auténtica pena.

De regreso a Tierz, tomamos el PR-HU-145 antes mencionado para evitarnos parte de tramo asfaltado. Seguimos deshaciendo el camino hasta el río Flumen, volviendo salvar la carretera por debajo y regresando al cruce no señalizado, donde seguiremos recto hasta la ya cercana población, a la que llegamos en poco menos de una hora.

Ruinas en el Castillo de Montearagón
Sencilla ruta de 12’5 kilómetros de distancia y un desnivel positivo acumulado de 350 metros realizada en 6 horas, de las cuales 2 han sido estando parados. Recomendable llevar linterna para poder ver por dentro las cuevas. Por lo soleado del camino, evitar en época estival.


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